ÍNDICE

CICLO LOS ESPECTÁCULOS Y ANDALUCÍA

CICLO LOS ESPECTÁCULOS LITERARIOS

CICLO LOS ESPECTÁCULOS Y LA ÓPERA

CICLO LOS ESPECTÁCULOS TAURINOS

CICLO LA CUADRA EN LA MEMORIA

 

Fondo Documental

 

CICLO LOS ESPECTÁCULOS Y ANDALUCÍA

1972 – “QUEJÍO” (1972-1975) Protesta visceral de un pueblo marginado. Producción: La Cuadra.

Estreno: Festival du Théâtre des Nations, Paris.

Grabación: Teatro Salvador Távora. Sevilla 2017. Reestreno.

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

LA EXPRESIÓN Y EL ESPECTÁCULO

«Yo conocía, porque estaba en ellos, casi todos los ambientes en los que el cante y el baile de Andalucía se daban o se vendían. Me hacía mil veces la pregunta de por qué los cantes y los bailes no reflejaban las realidades concretas de los andaluces que los hacíamos. Poco a poco, no haciendo estudios sobre ello, sino buscando en mi propia realidad, llegué al descubrimiento de que, por un potente fenómeno canalizador, nuestros cantes y nuestros bailes andaban por un lado, y nuestras necesidades por otro. Busqué, día tras día, un auténtico modo de expresión de nuestras realidades actuales, y llegué al convencimiento de que nuestra actualidad estaba fuertemente falseada y ocultada por sólidos tópicos: una corriente traumatizadora había hecho de todo lo andaluz, y de los andaluces, de los que cantábamos y de los que no cantaban, instrumento utilizable para poner una careta alegre y colorista a un pueblo triste y sin color.

A esta corriente traumatizadora que se nos había echado encima, producto del “estudio” que de nosotros habían hecho algunos escritores y poetas, a los que alguien más capacitado que yo debería juzgar detenidamente, le salió al paso unos llamados flamencólogos, que con excepciones estudiaban los cantes desde cómodas situaciones sociales que les permitían la investigación de los mismos, sólo en función de un interés musical-arqueológico. Casi todos con un «cantaor» al lado, al que promocionaban en compensación de las musicales informaciones que recibían. Informaciones éstas, la mitad de las veces, “camelísticas”, o de “ojanetas”, pero que pasaban a serios libros dogmáticos y clasificativos de nuestros cantes. El resultado, casi siempre el mismo: del “cantaor” informante hacían un “artista cotizable” -evadido social- con su promoción, y del libro un catecismo condicionante que limitaba la expresión.

Me planteé entonces la necesidad de investigar en el pasado, no de cómo cantaban nuestros bisabuelos, sino “por qué”, y llegué a ver muy claro que un ¡ay!, su ¡ay!, antes de ser producto utilizable, era el grito inconcreto, temeroso, resignado y conformista, que, en el límite de lo posible, denunciaba la aplastante situación socio-económica en que vivían

Había que poner todo “esto” en su sitio, y teníamos que hacerlo nosotros, los que habíamos aprendido por nuestros propios medios, a leer y a escribir, los que estábamos dentro de esos mecanismos de unos y otros. Había que “mostrar” la verdad del retorcido proceso a todos los traumatizados, andaluces y no andaluces, a los que son -éramos, ignorándolo- parte proyectora de la careta, y a los que les había llegado la “máscara” como falsa imagen alegre y festera de un pueblo serio: Andalucía.

Partí de una idea teatral que nació en mi mente, no sé, quizás por el desconocimiento de estudios del teatro convencional al uso, quizás por evitar caer en un manido teatro “parlanchín” y frío que nunca me había interesado, y quizás, también, por la influencia de mi participación en “ORATORIO”, un montaje de Juan Bernabé y el Teatro Lebrijano de un texto de Alfonso Jiménez Romero. La cosa es que nació lo que yo deseaba: un duro esquema abierto a la aportación de vivencias individuales. A él se fueron integrando Joaquín, Pepito, Juan, Angelines, José, Miguel, y ya, todos unidos en la extremada entrega física que nos exigía la idea, y echando a un lado flamencólogos, academicistas y momificadores de pasadas culturas, nos fuimos buscando “por dentro” el más auténtico modo de expresión heredada: el cante y el baile.

Así surgió el espectáculo, sin palabras, sin tiempos ni actos calculados por condicionamientos, con los elementos necesarios para provocarnos la confesión, y cambiada la necesidad teatral de representar por el deseo -consciente- de “mostrar”.

“QUEJIO” es, en definitiva, el resultado de unas experiencias o la suma de todo un proceso de vivencias. Es la presentación o recreación de un clima angustioso, en el que se producen el cante, el baile, el lamento o la queja del pueblo andaluz. Se han estudiado o tratado siete cantes y tres bailes, enumerados en diez Ritos o ceremonias, a través de un planteamiento en el cual casi se consigue fundir cante y baile con la posible o casi segura situación de una colectividad oprimida, en la que la queja o el grito trágico de sus individuos sólo ha servido, por una premeditada canalización, para divertir a los responsables.»

Salvador Távora

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1979 – “ANDALUCÍA AMARGA” (1979-1982) Un poema físico y sonoro sobre la emigración. Producción: Kaaitheater.

Estreno: Kaaitheater Festival, Chapelle des Brigittines, Bruselas.

Grabación: Sala Villarroel. Barcelona 1981

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

«ANDALUCÍA AMARGA puede ser -por el impulso fundamental de su concepción y en medio de las aspiraciones del debate cultural que en la parcela del lenguaje teatral intenta plantear- la ordenación, en un determinado espacio, de las circunstancias y sensaciones que ante el hecho de la emigración y desde un punto coincidente muy sugestivo, sentimos unos andaluces, algunos compañeros emigrantes residentes en Bruselas.

Al imaginar este cuarto montaje, como guión de desarrollo para canalizar comportamientos y respuestas individuales, he intentado mantener, como en anteriores trabajos, una rigurosa correspondencia entre lo que se es y lo que se muestra en el espacio escénico, evitando la injerencia de cualquier factor, teatral o externamente político, que rompiera estas naturales relaciones.

Creo que el apretado y armonioso abrazo que se han dado el resultado y lo imaginado, me confirma, una vez más, que la verdad de una expresión artística, que persiga no separarse caprichosamente de la realidad, puede encontrarse -lejos de las propuestas burguesas del llamado teatro realista- por la vía de la imaginación, y que ésta, si la ponemos en funcionamiento, sin levantar los pies de nuestra dura y ensangrentada tierra, puede poner violentamente al descubierto muchas de nuestras viejas amarguras. Es por esto, pienso, que la expresión consciente de nuestra realidad popular andaluza, elaborada con los medios, las vivencias y la imaginación de los que estamos, por nuestro nacimiento y biografía, totalmente insertos en ella, siga pareciendo a muchos subversiva y peligrosa en el comprometido campo de una seria alternativa cultural.

ANDALUCÍA AMARGA no pretende ser un espectáculo en el que se historicen las causas y se expongan las soluciones ante un hecho doloroso. ANDALUCÍA AMARGA sólo aspira a ser un poema físico y sonoro en el que se sienta la angustia vivencial y existencial del cruel desarraigo que lleva implícita la forzada emigración; y, en la inmediatez comunicativa de este sentimiento, quizás, por sí solas, las causas se clarifiquen y encontremos, sin consoladoras reflexiones el camino más recto para su solución.

Por descontado que el trabajo se ha planteado desde una perspectiva muy concreta desde nuestro entorno andaluz; pero creo que este planteamiento no excluye, sino más bien por su sinceridad logra también reflejar -sin demagógicas alusiones, y por afinidad de clases y situaciones- las amarguras de compañeros de otras comunidades que sienten igualmente en sus carnes los arañazos de la injusticia, enmascarados con los espejismos de individualidades e hipotéticas conquistas económicas.»

Salvador Távora

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1985 – “PIEL DE TORO” (1985-1987) Espectáculo asentado en la sensibilidad generada por ciertos ritos ibéricos. Producción: La Cuadra.

Estreno: Bienal de Arte Flamenco Sevilla

Grabación: Mercat de les Flors. Barcelona 1985

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

Con la montera encajada hasta las cejas, los dientes clavados en la esclavina del capote de brega y los ojos a la altura del límite del burladero, esperé y vi salir, por el oscuro portalón de los toriles, muchos toros: negros y berrendos, corniveletos y escobillados, cárdenos y meanos, astifinos y brochos…

Era un juego con la muerte y la vida, con la vida y con la muerte, donde por entender lo inútil de la partida, abandoné y ganó la vida. Sin embargo la muerte, que ya era para mí una extraña amiga con la que dialogaba, no me perdonó el quiebro que le di, y me condenó -hasta que quiera volver, otra vez, a jugar conmigo- a andar por el mundo con la vida a cuestas. Me condenó a no salir jamás del ruedo. Pese a mi voluntad de no pisar, nunca más, la arena de una plaza de toros; pese a mi firmeza de guardar para siempre en su fundón los afilados estoques que tantas veces, con dramática destreza, había eficazmente utilizado; y para ello, la muerte no encontró forma más fácil que hacerme ver con malicia ibérica, que todo fuera del redondel amarillo sería lo mismo, que no había más opción que ser torero o toro, en este ruedo inmenso que tiene los chiqueros en el sol, en Gibraltar, y la Presidencia, donde siempre, en la sombra, en los Pirineos, lleno de cruces y cirios, alguaciles y santos, vencedores y vencidos…, y me hizo tomar obligada conciencia de que, ya sin remedio, por renunciar a las riquezas que me había ofrecido con su juego, andaría sin descanso por el anillo rojo y gualda del país, dando tumbos con el dolor del toro.

Así, con un par de banderillas negras clavadas en las espaldas y acorralado oficialmente, crucé, decidido, el oscuro portalón del miedo e inicié esta arriesgada corrida teatral que dura ya quince años largos, donde hemos intentado, a veces manchado con sangre de verdad los escenarios de medio mundo, dejar en ellos un documento emotivo de los sinsabores, las angustias y las aspiraciones de los que no queremos ser, ni en el coso ni fuera de él, ni toro ni torero.

De todas estas reflexiones nace PIEL DE TORO. De una experiencia vivencial de tiempos dramáticos y contenidos ajenos a cualquier respetable ejercicio de investigación teatral. De mi terco empeño en organizar el discurso escénico por la vía impulsiva de una especie de poética de los sentidos. Y de mi convencimiento de que la crueldad y la belleza de las corridas de toros tienen una correspondencia directa y una estrecha relación con la belleza y la crueldad de nuestra historia. Y que, ninguna de las dos historias, la de las corridas o la nuestra, se puede contar por separado sin que se rocen o se arañen una a la otra: armonizadas con los elementos estéticos que las han personalizado; elevadas al campo del arte o de la imaginación; y envueltas, cuidadosamente, en ese universo sonoro de sensibilidad popular que las ha caracterizado, se muestran, por afinidades dramáticas, como un mismo hecho, o una misma tragedia, en un mismo paisaje.

Salvador Távora

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1988 – “ALHUCEMA” (1988-1989) Cuadro poético y épico de Andalucía a través de las culturas que dejaron allí sus huellas.

Producción: Festival de Mérida – I.N.A.E.M. – Junta de Andalucía.

Estreno: Festival de Mérida.

Grabación: Teatro Lope de Vega. Sevilla 1989

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

“Alhucema”, palabra de origen árabe definitoria de una semilla aromática que, olorosa y viva en nuestra actualidad cotidiana, despierta en nuestros sentidos, por su pronunciación y su olor, recuerdos ancestrales; es el título de nuestro octavo trabajo teatral. “ALHUCEMA” o “AIRES DE HISTORIA ANDALUZA” es un espectáculo que tiene clara conciencia de ser como un emotivo puente sobre un agitado y profundo río; como una endeble pasarela de hechos, asentada sólo en cuatro pilares de significativa importancia sobre las revueltas aguas de la milenaria historia de Andalucía: su natural unidad geográfica; la llegada y ida de los Romanos; la presencia y la expulsión de los Árabes; la sangrante implantación del catolicismo y la frustrada recuperación de una conciencia histórica. Todo esto entre violentos caballos que, por su anatómico poder, tanta importancia tuvieron en el curso de la historia.

El espectáculo, concebido como una pintura sonora en movimiento, tiene las mismas limitaciones que tiene un lienzo, y también las mismas aspiraciones: unir en una pincelada escénica -llamando desesperadamente a las musas del arte- el pasado y el presente, siglos y vivencias, confundiéndose en los impulsos de la creación lo leído y lo vivido. De ahí que coronas de laurel, caballos, ramas de olivas, versos. turbantes, cantes, palabras, música, bailes, colores, documentos y olores, formen un todo sin pretensiones eruditas ni convencionales, sino más bien con la intención de ser una explosión de sentimientos que den noticias, por y vía del arte y la sensibilidad, del sufrido, abierto y tolerante convivir del andaluz con todos los pueblos que forjaron su cultura y su identidad.

Salvador Távora

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1992 – “PICASSO ANDALUZ O LA MUERTE DEL MINOTAURO

(1992-1994) Un intento de situar a Picasso en el entorno cultural de su nacimiento. Producción: EXPO’92 – Les Estivales de Perpignan.

Estreno: Les Estivales, Perpignan.

Grabación: Plató Ítaca. Sevilla. Sevilla 1993

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

El inmenso mundo de Picasso se hizo tan grande, tan amplio, tan universal que en él se perdieron y difuminaron para el conocimiento general los orígenes que sostuvieron su vuelo: su ser andaluz.

Picasso Andaluz o La Muerte del Minotauro es el título de un espectáculo que quiere reivindicar cuanto de memoria histórica o mirada profunda a sus orígenes sugiere Picasso en un determinado periodo de su vida.

El trabajo, como un texto escénico que nace del mundo andaluz del toro, de los cantes, de la música y del color, aspira a mostrar, además de situar el universo picassiano en su punto de partida, cuanto las artes universales le deben a una tierra milenaria como Andalucía, y cuanto de propuesta teatral puede extraerse del campo plástico de las artes contemporáneas.

La relación entre la vida y la obra de Picasso se manifiesta con claridad en su trabajo, y en ese todo de su vida que aparece en su obra. Su ser andaluz está presente en sus espacios, en los silencios del color, en su incertidumbre, y en ese estado casi permanente de ansiedad donde siempre se encuentra el origen de la genialidad.

Música, cante, saltimbanquis, bailarinas, actrices, animales, colores, palabras, emociones, luces y sombras. Objetos, máquinas y documentos, todo un amplio alfabeto de signos visibles y sonoros para aspirar a dar noticias desde la escena de una época de la vida de un malagueño que ocultó con una sonrisa ancha y amplia el convulso tormento de su intimidad que arrojó por sus pinceles.

Salvador Távora

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1994 – “IDENTIDADES” (1994-1996) Un poema plástico y musical sobre las culturas, las identidades y la solidaridad entre los pueblos.

Producción: Junta de Andalucía-Consejería de Cultura, Generalitat de Catalunya-Consellería de Cultura, Mercat de les Flors-Ajuntament de Barcelona, Les Estivales de Perpignan-Région Languedoc-Roussillon.

Estreno: Festival Iberoamericano de Cádiz.

Grabación: Teatro Lope de Vega. Sevilla. Sevilla 1996

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

Las pinturas, los esfuerzos por mostrarlas, el aire terrenal y marinero de la austera escenografía, la musicalidad de las dos hablas, el Catalán y el Andaluz, los bailes, los cantes, las acciones, esa vieja obstinación mía de hacer coral y colectivo el grito individual del flamenco y, todo cuanto en IDENTIDADES se ordena y se desordena plásticamente en escena, aspira, fundamentalmente, a dar noticias de lo lejos que queda el Norte del Sur y de lo cerca que puede estar el Sur del Norte, si en ese abrazo necesario los hombres se miran a los ojos, arrinconan ambiciones y se respetan y solidarizan en la defensa de las particularidades.

Los Gigantes y los Cabezudos que andan por el escenario, y las Guitarras andaluzas que se meten en los sentidos, no sólo son en sí mismo un espectáculo de sensibles afinidades sino elementos documentales de dos historias, de dos culturas, que más allá de otras consideraciones, son productos de unas manos mojadas en aguas mediterráneas con capacidad de imprimirles belleza monumental a las imponentes figuras, y arrancarles sonidos de dolores y esperanzas a unas cuerdas tensadas.

Yo creo que IDENTIDADES, este undécimo trabajo que ponemos en marcha en La Cuadra con el mismo entusiasmo que hace más de dos décadas nos llevó al impulso de QUEJIO, es una obra teatral nacida de nuestra voluntad de seguir explorando -sin que se nos confunda con tantos teóricos profesionales de la experimentación vacía de contenido- en la posible codificación de un lenguaje escénico que esté a la misma altura, ni más arriba ni más abajo, que el de la palabra escrita y dicha; sin olvidar el riesgo, el compromiso que deben ser, hoy más que nunca, el motivo principal de todo Arte: en este caso el recíproco descubrimiento y el respeto ante todas las culturas -en oposición a quienes hacen de las diferencias un motivo de agresión o de guerra-: propósito en el cual se alza nuestro trabajo como una contribución a la armonía de las relaciones culturales de dos pueblos milenarios que intereses incalificables, ajenos al sentir general de las mayorías, están empeñados en enfrentar: Cataluña y Andalucía.

Estos apuntes previos de introducción a IDENTIDADES, donde las violentas muertes de Companys y Blas Infante están enmarcadas en la grandeza del Arte y no en plano cruel de las conveniencias políticas, no pretenden ser más que unas declaraciones de principios de un espectáculo teatral que tiene entre sus propósitos el de consolidar las seas de identidad de los pueblos, y el acercamiento y la hermandad de los hombres, en la sublime tribuna de la igualdad y la libertad.

Salvador Távora

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2009 – “ANDALUCÍA ENTRE LA LEYENDA Y LA HISTORIA” (2009-2010) Un intento de unificar el teatro y el cine en una inquietante dramaturgia en la cual existe una desesperada búsqueda para encontrar, con una dimensión más visual que en otros espectáculos, la poética inequívoca del matiz social que ha de ser inherente a toda práctica artística.

Producción: La Cuadra

Estreno: Teatro Salvador Távora – Sevilla

Grabación: Teatro Salvador Távora. Sevilla. Sevilla 2009

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

Son casi cuarenta años de debate escénicos por descubrir el origen de las emociones en el teatro. A distancia del teatro sostenido por el texto, en estos años hemos descubierto elementos y formas de comunicación que, además de aparecer enraizadas en nuestro entorno cultural, Sevilla, Andalucía, enriquecían el panorama de signos con los que transmitir sensaciones, historias y zamarreones artísticos que no aspiraban más que a poner en la escena cuanto sentía el espíritu, a veces, en ese solo determinado momento. Muchos de nuestros descubrimientos escénicos, entre máquinas, cantes, caballos, músicas, toros, colores e imaginación andan hoy en la estética del teatro español y europeo encajados como novedosos y nos satisface.

En este vigésimo cuarto montaje, perseguimos unificar, como ya lo intentó Erwin Piscator por los años veinte del pasado siglo, dos artes bien diferenciados: el Teatro y el Cine. En este decidido intento no hay ninguna pretensión de una “dramaturgia revolucionaria” como decía Piscator, y que fuera en su día rechazada bruscamente por unos, y celebrada exageradamente por otros. En esta inquietante dramaturgia que vamos a poner en funcionamiento está la desesperada búsqueda de encontrar, quizás con más visual dimensión, lo que durante años hemos practicado: la poética inequívoca del matiz social que ha de ser inherente a toda practica artística. Queremos sencillamente que el teatro se sienta como cine y el cine como teatro y así, descubriremos las posibilidades de materializar nuestros ambiciosos pensamientos poéticos y escénicos, a los cuales es imposible acceder con elementos físicos decorativos. Sabemos que existe el peligro de confundir nuestra propuesta con esas experiencias que deformaron la aventura teatral de Piscator y que ilustran cuanto ocurre en la escena con imágenes en una pantalla de burbujas de agua o grafismo surrealista. Pero, no. Intentamos, en esta ocasión, contar una historia larga, vieja, violenta y emotiva. Para hacerlo hemos visionado imágenes de nuestra convulsa historia, sintiendo escalofríos al revisarla, enredando las imágenes del audiovisual con el golpe rabioso del baile en la escena, el sentimiento comprometido del cante y la dulzura melodiosa de nuestras guitarras flamencas. Todo aspirando a que se sienta como una sola sensación: la de asumir nuestro pasado y reflexionar emotivamente sobre el futuro de nuestra tierra, Andalucía, y la de todos los pueblos del mundo.

Esta arriesgada aventura la iniciamos en nuestro particular teatro. Un teatro con características singulares para desarrollar en Sevilla, ante nuestro público, y con su respaldo, nuestras investigaciones escénicas, tal como lo hicieron en sus propios teatros, en Berlín, Bertold Brecht, en Polonia Grotowski, en Paris, Peter Brook, y tantos otros casos similares, con la aspiración de aportar al teatro el compromiso temático y estético que le dé al espectáculo su razón de existir, y no perdernos entre los despersonalizados modelos burgueses y la complacencia que crece en los más significativos espacios escénicos de nuestro país.

Salvador Távora

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2010 – “RAFAEL ALBERTI, un compromiso con el pueblo” Un viaje onírico y musical por la obra poética de Rafael Alberti y su compromiso social.

Grabación: Teatro Salvador Távora. Sevilla. Sevilla 2010

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

“Rafael Alberti, un compromiso con el pueblo”, no aspira a ser un recital de sus poemas, ni una exaltación de su ideología, ni la proclamación de sus virtudes literarias partiendo de su formación autodidacta. Siguiendo la línea que nos marca el desarrollo de nuestro lenguaje teatral, el trabajo aspira a dar noticias de su espíritu poético agarrado siempre a su vida y a sus circunstancias.

No fue, creemos, Rafael Alberti un poeta de oficio, ni un narrador de versos, ni un letrista para proyectar su militancia. Rafael Alberti fue, antes de nacer, en su vida, y después de su muerte, simplemente un poeta en la calle como a él le gustaba llamarse. Tal importancia le damos a esta consideración que no está́ en la voz del actor que lo encarna ningún poema completo, y la elección de los versos no sigue ninguna clasificación por periodo. La selección de cuanto se dice ha sido el resultado de sensaciones emotivas dispersas en la lectura de su obra completa, provocadas por aquellas palabras o versos que conmueven, zamarrean, sin tener necesariamente una unidad temática. Esa es, pensamos, la grandeza de su obra: poetizar todo pensamiento y toda forma de vida, ignorando su importante proyección.

Las músicas incluidas se han elegido más por sus vibraciones emocionales que por sus cualidades sonoras o el indudable prestigio de sus autores; y andan buscando el espíritu culto de Rafael, sublimando sus comprometidas expresiones poéticas; y por su dibujo estético fueron escogidas las danzas.

Como todo impulso artístico, este espectáculo tiene una difícil explicación, y por ello solo aspiramos a que se sienta creíble y necesario en estos tiempos donde se están diluyendo en intereses, palabrería y desconciertos tantos valores artísticos y sociales.

Salvador Távora

 

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CICLO LOS ESPECTÁCULOS LITERARIOS

1982 – “NANAS DE ESPINAS” (1982-1985) A partir de «BODAS DE SANGRE», un encuentro con García Lorca, en un ritual de sentimientos trágicos. Producción: La Cuadra.

Estreno: Bienal de Arte Flamenco, Sevilla.

Versión cinematográfica del espectáculo realizada por Pilar Távora

Sevilla 1983

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

No sé si, en el proceso de creación de este quinto trabajo de nuestra aventura teatral, fue “BODAS DE SANGRE” la que se enredó en la visión del espectáculo, o fue este el que se enmarañó en la obra de Federico García Lorca. Lo cierto es que el trabajo, entre otros propósitos, sin que esto aspire a descalificar cuantas consideraciones sobre sus resultados puedan hacerse, logra demostrar, en el campo específico del lenguaje teatral, la natural coexistencia de lo que podríamos llamar una poética dramática escrita, y una poética dramática física; al menos, cuando las dos nacen como expresiones comprometidas del entorno vivencial o cultural de un mismo pueblo.

Conviene con urgencia aclarar que los escasos textos extraídos de la obra de Federico no están en absoluto, por el enorme respeto que me imponen, sometidos al espectáculo, ni se emplean por ninguna necesidad argumental, sino que, requeridos por afinidades a participar, andan por todo el acto con la naturalidad que les da el encuentro con ese espíritu primitivo que posiblemente tenían en la mente de Lorca, antes de convertirse en lúcida literatura de una estructura dramática dialogada, y forman parte, en la unidad, del discurso lírico y plástico al que aspiramos.

No son estas NANAS en las que hemos incrustado punzantes espinas, un espectáculo que nace de un argumento, sino asentado en argumentaciones del subconsciente que se concretan después de una ordenación elaborada con el alfabeto de una dolorosa poética de los sentidos. Cada sonido, cada silencio, cada acción tiene su propia historia en el mundo interno de las sensaciones. Es por esto, pienso, que la anécdota de la obra de Lorca es aquí, y como consecuencia, una sangrante historia más de las miles que generan unos condicionantes sociales que acartonan y oscurecen la vida. En definitiva, el argumento de “NANAS DE ESPINAS” -sin que tenga necesidad alguna de existir, como en otros modelos teatrales- muy bien pudiera dibujarse entre las imágenes que han arrojado al espacio escénico la sensibilidad y la memoria, y es, quizás, el más ambicioso y el más enganchado a la vida al que pueda aspirar un hecho teatral: la historia íntima de unas generaciones, de un pueblo, mostrando, a través de sus comportamientos cotidianos, llenos de una rica y antigua cultura, sus aspiraciones, sus angustias, sus confusiones, y el incierto futuro de sus hijos.

También interesa indicar que, en los ritos ordenados, por sus manifiestas elocuencias, no hay ningún propósito de exhibición de la folklórica superficialidad en que, por nuestras tierras, muchos de ellos han caído, tras las exaltaciones de sus virtudes turísticas. Hay en ellos la búsqueda desesperada de encontrarnos con unas más amplias, sin dejar de ser genuinas, formas de expresión. Sin ponerles al situar el intento en el campo del arte, barreras a la imaginación.

Se puede decir que “NANAS DE ESPINAS”, es un espectáculo parido entre crueles escalofríos. Ni a partir de, ni sobre la obra de Federico, sino como un ritual de sentimientos trágicos -racionales o irracionales- que se engranan como ruedas dentadas de una misma máquina: una tierra vieja, cansada y dura, que se alimenta, entre risas, de llantos y de muertes porque, quizás, sólo así podrá redimirse del apretado corsé que les han colocado sus históricas circunstancias.

Salvador Távora

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1987 – “LAS BACANTES” (1987-2008) Una versión inspirada en el texto de Eurípides, que muestra la afinidad entre la tragedia antigua y el mundo contemporáneo. Producción: Teatro Español.

Estreno: Teatro Español, Madrid.

Grabación: Centro de producción La Cuadra de Sevilla. Sevilla 1988

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

Cuando Miguel Narros me propuso el montaje, para el Teatro Español, de “LAS BACANTES” de Eurípides, olvidando, deliberadamente, con tal propuesta mi alergia a los textos teatrales densos y filosóficos, sentí una profunda sorpresa. En primer lugar, porque invitarme a volver la vista hacia un texto dramático de hace más de dos mil años, cuando ando desesperadamente intentando fijar un lenguaje escénico alejado de la historia literaria del teatro, carecía, al parecer, de sentido. Y en segundo lugar, porque el marco histórico de “LAS BACANTES”, Grecia, Tebas, etc., están en la distancia y en el tiempo muy lejos de mi Andalucía y mi Sevilla, lugares, motivos y sentimientos que han llenado, hasta la fecha, de significativos compromisos estéticos mis trabajos teatrales.

Tras estas dos simples consideraciones quedaba claro que, en la propuesta de Miguel, andaba mezclada una más compleja intención, que entendí enseguida después de volver a leer minuciosa y concienzudamente el texto de “LAS BACANTES” : era evidente que Miguel Narros, como un atrevido hombre de teatro que es, deseaba espolear mi imaginación y poner en cuestión mis conquistas a-literarias, situándolas con generosa crueldad, frente a uno de los textos que más firmemente sostienen, y con más vieja dignidad, la historia de la literatura dramática.  Acepté el montaje, asumiendo sus riesgos y creo que voy a responder al desafío; al menos, voy a poner en juego, quizás con más deseos que capacidades, todas mis aspiraciones; ya que las razones por las que estimo se puede andar por la escena agarrado, emocionalmente, al texto de “LAS BACANTES”, casi sin pronunciarlo, están, para un hombre del Sur, al alcance de la mano.

Por encima de la calidad del texto, Eurípides, cuatrocientos y pico de años antes de Cristo, nos plantea en esta obra un debate que hoy sigue cargado de actualidad, lleno de interrogantes, y sólo muy tímidamente proclamado el punto positivo de su equilibrio: el debate cultural Norte-Sur. Penteo frente al dios Baco. Lo pagano y lo religioso. Los impulsos ante la reflexión. El mundo del Sur, oriental, de lo Dionisiaco, con el mundo rígido y estricto del Norte. Lo báquico y lo apolíneo, dos posturas que, en cierta medida conviven en cada uno de nosotros, que, llevadas a sus extremos, son capaces de desencadenar la tragedia provocada por los excesos del dios o los excesos del rey, ambos, sin duda, desmedidos.  Todo esto, de alguna forma atañe directamente a mi actitud ante la vida, y mi concepción teatral, que está enfrentada, justamente, con el teatro exclusivamente literario, por lo que éste tiene de encadenamientos y limitaciones de las posibilidades expresivas.

Mis propósitos teatrales parten siempre de una especie de poética de los sentimientos donde los ruidos, la luz, el color y el olor, tienen un sitio precisamente más fundamental, a escala de comunicación, que la palabra que encorseta la expresión. Y tal como yo contemplo y siento el texto de Eurípides, en él, inciden también el choque de estos dos mundos: el estrictamente literario, lo escrito e inamovible, y el que ofrece la oportunidad de prestar al texto seco la aportación de un universo intuitivo y sensual, añadir a las más viejas formas teatrales, a la tradición de la palabra, añadir, digo, buscando el deseado equilibrio, toda una constelación de sentimientos rítmicos, vivos y directos.

Y, a sabiendas de que un espectáculo teatral no va a aportar ninguna solución a un debate cultural de tal magnitud, hemos volcado en el trabajo nuestros esfuerzos, aspirando al menos a mostrar elementos emotivos que la sugieran.

Salvador Távora

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1990 – “CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA»

(1990-1991) Una adaptación de la novela de Gabriel García Márquez, en un intento de mostrar las afinidades que unen a los hombres de la Europa del Sur con los hombres del Sur de

América. Producción: CAT-Junta de Andalucía – Festival de Bayonne.

Estreno: Festival latino de New York.

Grabación: Teatro Lope de Vega. Sevilla 1991

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

Yo creo, y es una perspectiva teatral que he expuesto en una ponencia en el Centro Europeo de Delfos con motivo de un simpósium sobre la Antigua Tragedia Griega, que la poesía escénica – lo que ocurre, se dice y escucha en el escenario- y la poética literaria son dos expresiones diferenciadas que, al complementarse, unidas por los sentimientos y la emoción, se convierten en el más hermoso hecho artístico que pueda imaginarse: en Teatro.

Es por esto, pienso, que en la narrativa de Gabriel García Márquez puede encontrar un director de teatro, u ordenador escénico, un caudal inagotable de propuestas poéticas teatrales con las que alimentar su imaginario. La narrativa de García Márquez se mueve en un campo de imágenes, palabras, acciones y hechos, que se instalan en la mente y provocan la puesta en marcha de un proceso creativo que conduce al encuentro emocional con el arte… Y esto estimula a cuantos pensamos que el teatro debe aspirar a volver a ser eso: un encuentro emocional con el arte de cuantos participan en el acto, y de todo aquél que, sin prejuicios, y con la capacidad receptiva de su sensibilidad e imaginación lo recibe y contempla.

En CRONICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA, de García Márquez -quizás, sin proponérselo el autor literario ideal para un futuro teatro que pueda inscribirse dentro del marco de las artes contemporáneas-, no existe exposición, nudo y desenlace; factores que caracterizan, limitando la creatividad escénica, a la mayoría de las estructuras dramáticas textuales. El protagonista está muerto antes de empezar la tragedia.

No hay la posibilidad de canalizar la trama escénica, apoyándose en la dosificada emoción del argumento. Y este es el desafío que me apasiona. En el campo de la literatura, García Márquez lo resolvió con la maestría genial que imprime a sus relatos. En la parcela del teatro quizás, también, podamos conseguirlo aún sin poseer el don de la genialidad: implorando a las musas que habitan escondidas en la imaginación, en esa área de la actividad creadora, donde se han refugiado, asustadas de tanta agresividad y formalismos.

El espectáculo, música, palabras, llantos, actitudes trágicas, belleza interna de los personajes, etc., etc., no se sitúa ni allá, ni acá, sino en el corazón mismo de la sensibilidad e intenta formalizarse envuelto en la emoción del circo, la magnitud de la ópera y la profundidad filosófica de las tragedias griegas.

Y, entre las muchas aspiraciones estéticas que contiene, sugiere la necesidad de buscar, por todas las vías, volviendo al sendero que pisaban Esquilo, Sófocles y Eurípides, el camino del arte como elemento fundamental de la comunicación teatral; y también, por qué no decirlo, descubre, con evidencia, mi culto obsesivo a los resultados escénicos imprevisibles y al sublime estado del espíritu que conlleva el riesgo; aunque en esta ocasión el riesgo se extienda a aspirar a mostrar, lejos de las mascaradas pseudo-realistas, y por vía del universo cultural de comunicación que nos aferra a nuestra tierra, Andalucía, las afinidades que nos unen, en las actitudes ante la vida, la muerte, el honor y la religión, a los hombres de la Europa del Sur con los hombres del Sur de América.

Salvador Távora

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2005 – “YERMA, MATER” (2005-2006) ENTRE EL DOLOR DEL FLAMENCO Y DEL RÉQUIEM DE BERLIOZ. Sobre el texto de ‘YERMA” de Federico Garcia Lorca.

Producción: Festival Castell de Peralada, La Cuadra de Sevilla.

Estreno: XIX Festival Castell de Peralada.

Grabación: Teatro Lope de Vega. Sevilla. Sevilla 2005

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

Yo creo que Federico García Lorca vivió sus deseos escénicos creativos más amarrado al condicionante modelo teatral de sus tiempos que su Yerma prisionera de los valores morales que imperaban en una sociedad conservadora que él quiso cuestionar hasta que por ello encontró, en un descampado inhóspito, la muerte.

Federico creaba personajes a veces innecesarios para el desarrollo anecdótico de la obra, quizás para facilitar textos, por necesidades profesionales, a todos los componentes de la Compañía. Esto es: Primera actriz, Galán, Característica, Dama Joven, etc… En casi todas sus obras, hasta “El Público”, en que se atrevió a desafiar las formas, se encontraban en el transcurso del tema (si buscabas con rigurosidad teatral los tiempos dramáticos y la situación de los personajes en escena) personajes que luego en el avanzar de la historia desaparecían sin mayor importancia en la obligada dramaturgia argumental.

En los finales de los años sesenta, cuando aparecimos en el panorama del teatro europeo algunos grupos teatrales de los que por sus características llamaron independientes, nos desenganchamos de prejuicios literarios y estéticos según exigía el modelo establecido, y al compromiso ideológico añadimos el de las formas. Casi sobra explicar que García Lorca era para nosotros, por las circunstancias en que vivíamos, un mito ideológico y literario. Un comprometido Poeta por encima de todo, víctima de la violencia fascista. Mas no un autor teatral del que teníamos que reproducir su condicionante modelo creativo de los largos y brillantes párrafos y sus tres actos con sus “entreactos” para cambios de decorados y copa o café en el bar del recinto…

Yo pienso que toda esta reciente historia del teatro, que para los que la vivimos desde dentro y sentimos las emotivas respuestas de públicos de todo el mundo las conquistas están muy claras, no lo están tanto para algunos de los que escriben la historia del teatro desde su pluma, sus gustos, sus códigos y su concepto pequeño burgués del arte dramático; ya que entienden que el espacio escénico es un lugar, no para las emociones de un ESPECTÁCULO, como en las antiguas tragedias griegas, sino para sus “gramáticos” textos. Por ello creo que debemos seguir insistiendo.

Yerma, Mater. ¿porqué?. Los impulsos tienen difícil explicación pero los sentimientos no. Y en “Yerma, Mater”, como en otra ocasión de un montaje sobre las “Bodas de Sangre” de Federico, he partido de un dolor. En el marco de una excesiva sensibilidad, que no sensiblería, he sentido tristeza de perder personajes de los cuales Lorca se olvida escénicamente o que no quiere que vivan o nazcan en un cuadro de violencia y agresividad: el precedente a Yerma fue el niño de Leonardo de “Bodas de Sangre”. Después de cantarle su madre una preciosa y terrible nana en el Primer Acto desaparece para siempre en una historia de amor y muerte que sólo afecta a los intereses de los mayores: A la novia, al novio, a la madre y a Leonardo y su mujer, los padres del niño que Lorca olvida en el devenir del drama. Seguro que por imperativo del modelo literario al uso en el que se encontraba literaria y estéticamente maniatado. A este niño le dediqué en 1982 un trabajo a partir del texto de “Bodas” al que titulé “Nanas de Espinas”

En “Yerma, Mater” el dolor es más que escénico: es un grito por una mujer frustrada por no ser madre de un hijo que quiso y no tuvo por razones religiosas y sociales de la época.

En este caso, como en la anterior experiencia creativa ante las partituras del “Carmina Burana” de Carl Orff, acercándome al pensamiento lorquiano por vías del impulso atrevido o la locura escénica; ajustándome a lo esencial de su drama sólo a través de sus fundamentales y mínimos personajes; y viéndola llorar y reír entre la estremecedora grandeza musical del Réquiem de Berlioz, a Yerma la he puesto a parir una hija que ella y nosotros vamos a llamar, reivindicando para la vida y la creación, con un nombre: Libertad.

Salvador Távora

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CICLO LOS ESPECTÁCULOS Y LA ÓPERA

1996 – “CARMEN” (1996-actualidad) Una ópera andaluza de cornetas y tambores, según la leyenda contada por viejas cigarreras de Triana. Un intento de reivindicar la dignidad de un mito andaluz.

Producción: La Cuadra de Sevilla.

Estreno absoluto: X Festival Internacional Castell de Peralada.

Estreno en Andalucía: Bienal de Arte Flamenco de Sevilla, Teatro de la Maestranza.

Grabación: Plaza de toros de Cáceres. Cáceres 2015

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

La recuerdo, siempre sentada en un sillón de mimbre con el pelo blanco tirante y recogido en un moño sobre la nuca; con un grueso cigarro de tabaco negro entre los dedos y entre el humo gris que envolvía, como a las Diosas que pintan entre nubes, su figura curvada sobre sus espaldas; y una cara que nos daba noticias inequívocas de la hermosura corporal que debió lucir en su juventud y madurez.

Vivía en Sevilla, en la Calle Antolínez, junto a la Gavidia, y contaba más de cien años. Se llamaba Carmen y era la madre de mi abuela Antonia y abuela de mi madre, Pilar Triano. Y en el brillo de sus ojos y entre la destreza de sus dedos amarillos de nicotina, asentaba el orgullo que acompañaba sus palabras cuando me contaba historias de su oficio: había sido, y seguía siéndolo por su gesticulación personalísima, Cigarrera en la Fábrica de Tabacos de Sevilla.

De todas las historias escuchadas de su boca, en aquellos tiempos de camillas con braseros de cisco picón encima del cisco carbón encendidos con soplillos de palmas, había una que siempre me estremecía, una que tomó de los labios de su madre, la de su tocaya Carmen; la de la cigarrera gitana que mataron, por sus amores con un picaó, en la Puerta del Príncipe de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. La de Carmen la de Triana, orgullo de sus compañeras de trabajo por liderar cuantas sublevaciones se organizaban contra los convencionalismos sociales de la época que aplastaban la libertad y la dignidad de las mujeres trabajadoras. La historia de la trianera que murió asesinada y vivió acorralada por cinco razones que llegan hasta nuestros días: querer ser LIBRE siendo POBRE, MUJER, OBRERA y GITANA.

Los ojos de la abuela de mi madre los recuerdo llenos de tristezas relatando el sufrimiento de estas injusticias aplastantes. Y luminosos, verdes, y encandilados, cuando me hablaba de la belleza y hermosura seductora de esta Carmen que dignificó su oficio y el de sus compañeras antes de que la convirtieran en mito deformado y deformante de una realidad profunda y seria como es la realidad de Triana, de sus gitanos, de Sevilla y de Andalucía.

Es por todas aquellas historias que se grabaron en mi cabeza de niño, como todos aquellos recuerdos que se clavan en las mentes infantiles, por lo que el mito de Carmen, proyectado universalmente desde la visión confusa del gitanismo, enredado en lo andaluz y enmarcado en lo español por Prosper Mérimée y Georges Bizet, siempre me ha parecido un hecho necesario de reconsideración.

La paciente lectura de documentos históricos de la vida sevillana desde 1800 a 1830, donde se producen los hechos que se hacen leyenda y generan «Carmen» como relato literario en la imaginación de Mérimée, refrenda mi convicción de que la historia había que reencontrarla, y rehacerla, contactando las anécdotas que nos contaba la abuela, con las noticias de la época, y entre ellas encuentro referencias en las notas de Vicente Lleó en su «Sevilla, 1790-1868. Imágenes de una sociedad» donde dice: «Carmen es el prototipo de una nueva clase, un proletariado femenino formado por mujeres independientes no sujetas a la autoridad de un varón. Y de la misma manera que el proletariado masculino provoca una mezcla de atracción y repulsión porque encarna un formidable potencial destructor, revolucionario, el femenino, la cigarrera, encierra, (además) una carga erótica no menos destructora del orden establecido, de las buenas costumbres».

Hay que entender con voluntad de que, en esa época, en el clima regenerativo que viven las mujeres trabajadoras sevillanas, era imposible el comportamiento desvergonzado, delictivo y frívolo, de una gitana trianera incorporada al mundo del trabajo, que le asigna la pluma de un novelista. De la historia de la cigarrera comprometida en amores con un militar por su acción humanitaria en una redada de gitanos en Triana, y asesinada por éste, herido en su honor de hombre castrense, cuando vivía enamorada, desde su libertad e independencia económica, de un picador de toros, hay un buen trecho hasta llegar a la Carmen pendenciera y bruja que reparte amores entre militares y bandoleros por tabernas y parajes de contrabando.

De todo esto nace el atrevimiento de poner en pie, en una Opera de cantes y bailes andaluces alejada de convencionalismos, y buscando las raíces del mito y su más cercano universo musical, una Carmen más ligada a la persona y a las  narraciones de mi bisabuela, a la de sus recuerdos y a la de los documentos, que a aquella otra surgida de la destreza literaria de Mérimée, versionada mil veces con la mirada fría y solamente artística de los que, desde sus culturas y sintiendo Andalucía únicamente como un tema, y no como un compromiso, nos ven como observadores y nunca como parte de los que, como Carmen, y las mujeres y hombres de Andalucía del trabajo y de su clase, nos seguimos sintiendo machacados por el frívolo folclorismo surgido del mito.

Tambores y cornetas; martinetes, deblas, y tonás, con letras de la época como crónica oscura e indiscutible de la realidad popular andaluza; bailes, rabia, sangre, dolores, belleza, hechos y costumbres enraizadas en unos comportamientos heredados que no hemos tenido que aprender para, a través de ellos, dar noticias de una leyenda desnuda de pintorequismos que fue el punto de partida que originó una viciada visión romántica y complaciente de una realidad cruda y áspera mil veces agredida por el equívoco.

Desde el universo estético y sonoro donde vivió y murió Carmen, el nuestro, y con la mirada y los sentidos puestos en la búsqueda de la libertad por la que ella murió, ejercitamos nuestro derecho a limpiar con nuestro propio lenguaje, una leyenda que forma parte de nuestra propia historia, desdibujada entre bandoleros, pillos, navajas, y toreros de pitiminí, y que por su importante incidencia en el campo del arte escénico, enterró la austera y grave imagen de nuestro pueblo.

Salvador Távora

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2003 – “IMÁGENES ANDALUZAS PARA CARMINA BURANA” (2003-2006) ESPECTÁCULO TEATRAL SOBRE LAS MÚSICAS Y COROS DE CARL ORFF. Un atrevimiento de la imaginación: la musicalidad de la cantata llevada por un camino de vibraciones sonoras a unas imágenes sin los condicionantes de las letras medievales originales.

Producción: Festival Castell de Peralada, La Cuadra de Sevilla.

Estreno: XVII Festival Internacional Castell de Peralada.

Grabación: Teatro Lope de Vega. Sevilla. Sevilla 2003

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

Imágenes andaluzas para Carmina Burana es una locura, quizás más que una locura un atrevimiento de la imaginación. En arte, o aspirando estar en su marco, hay que ser sincero, impulsivo y emotivo en el proceso de creación. Dieciséis espectáculos que desde 1972 han dado la vuelta al mundo, andando desde el candil y el cante a las retro-excavadoras y a la participación de elementos considerados extra-teatrales, me han refrendado este comportamiento mental al ponerlos en escena. Me estremecían las ideas y la materialización de ellas en imágenes sonoras anti-convencionales, o en el texto, siempre rítmico, para la palabra de puntualización del pensamiento.

En los dos últimos, en esa Carmen opera andaluza de cornetas y tambores, proletaria y bella bailaora abrazada a la bandera de la Constitución española de 1812, y en el Don Juan en los ruedos, un don Juan a caballo, seductor, jugando en los ruedos taurinos con el toro, con la muerte real y el amor  – por figura, riesgo, naturaleza y no por el tema literario –  el proceso de creación fue, como he dicho, impulsivo y emotivo más que reflexivo. Yo creo que se llega a paladear sin equívocos vanguardistas el arte, más por vías de la emoción que de la reflexión. En casi todos nuestros trabajos, en estos ya treinta y tantos años de debate estético por los escenarios del mundo, estaba tan enredada la emoción a la reflexión que era difícil detectar sus límites.

Mas en dos creaciones concretas, en Nanas de Espinas (1982), una historia que nació del llanto coral que descubrí en el texto lorquiano de Bodas de sangre, y en Crónica de una muerte anunciada (1990), un ramo de musicales sentimientos angustiosos que me motivó el texto de García Márquez, el proceso creativo fue por otros caminos que los restantes y a la inversa que el de estas Imágenes andaluzas para Carmina Burana.

Intentar dar una explicación razonable a este impulso artístico sería una torpeza por imposible. Imágenes andaluzas para Carmina Burana es una locura. Repito, quizás más que una locura, un atrevimiento de la imaginación: me zamarreó los sentidos la musicalidad de la cantata, que he llevado por un camino de vibraciones sonoras a unas imágenes, sin los condicionantes de los orígenes literarios medievales en los que se inspiró Carl Orff. Y sin dejar atrás los contenidos primitivos que arrojaron en el viejo manuscrito clérigos y goliardos contra las manipulaciones de la jerarquía eclesiástica y de los poderosos, para mí, Carmina Burana (estos cantos de Beuren) es una atractiva y sensual mujer. Y además una mujer andaluza.

Salvador Távora

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2007 – “FLAMENCO PARA TRAVIATA” SOBRE UNOS FRAGMENTOS MUSICALES DE LA OPERA LA TRAVIATA DE GIUSEPPE VERDI.

Producción: La Cuadra de Sevilla

Estreno: Bienal de Flamenco de Málaga, Teatro Cánovas, Málaga

Grabación: Teatro Salvador Távora. Sevilla. Sevilla 2008

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

Las relaciones del flamenco, del dolor y la sensibilidad sonora de los cantaores, con el ámbito cultural del mundo nocturno y de la prostitución, tuvo desde la época de los cafés cantantes o los tablaos una fuerte influencia en la inspiración letrista y estilística de los profesionales del gremio. De tal manera se manifestaron estas relaciones en el fandango, cante desvalorado más tarde por los flamencólogos, que su libertad creativa sin los modelos condicionantes de la nefasta pureza, hizo que cada barrio sevillano, granadino, onubense, malagueño, almeriense, jienense cordobés o gaditano estuviese reflejado en un cantaor, en un estilo. Un cantaor con unas personales formas de vida que se reflejaban en sus fandangos; en las medidas diversas de su construcción sonora, en sus modulaciones dramáticas y en el sentido de sus letras; algunas cantadas sin escritura previa. Un cantaor, unos cantaores, que injustamente, desde que se impuso el academicismo allá por los años sesenta del pasado siglo, quedaron relegados, olvidados y a veces pisoteados por las aplicaciones de unas reglas que momificaban las modulaciones dramáticas del cante en general y desconsideraban al fandango en particular, por su libertad anárquica y creativa y ser reflejo del sentir popular.

Al poner en escena un tema de una opera tan universal como La Traviata, que arranca su dolor temático y musical de la figura de una guapa, pobre y enferma mujer callejera de la periferia parisina, Marie Duplessis, que se erige, merced a sus dotes de seducción remunerada, en una de las damas más admiradas y rechazadas por la burguesía francesa, he sentido la necesidad de contar, hacer sentir, esta historia desde ese universo que viví en mi niñez, donde la personalidad triste y conmovedora de cantaores y mujeres de la vida, llenaba de poesía un espacio humanamente entrañable, y, aparentemente, insensible y despreciable en los círculos cultos de la pequeña burguesía andaluza.

“Flamenco para Traviata” es una llamada a la conciencia histórica acerca del valor poético del fandango desgarrado, como crónica oscura de la realidad popular del cante y como un homenaje a tantos y tantos fandangueros olvidados; y, también, y fundamentalmente, como noticia estremecedora de la generosidad del oficio más viejo del mundo: el de las prostitutas, el de las «traviatas» – extraviadas   de cualquier lugar del mundo.

Salvador Távora

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CICLO LOS ESPECTÁCULOS TAURINOS

1998 – “LOS TOROS EN 1830″ ESPECTÁCULO CON TOROS SOBRE LA HISTORIA DEL ARTE DEL TOREO. Recrea la historia del toreo en sus diferentes suertes hasta culminar en la época de 1830. Producción: FIBES

Estreno: II Feria Mundial del Toro – Palacio de Exposiciones y Congresos, Sevilla.

Grabación: FIBES. II Feria Mundial del Toro – Palacio de Exposiciones y Congresos, Sevilla. Sevilla 1998

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2000 – “DON JUAN EN LOS RUEDOS” (2000–2006) OPERA POPULAR DE CABALLOS, TOROS Y CANTES. Una consideración peculiar de este mito muy sevillano a través del arte de la tauromaquia y del rejoneo, intentando revelar la seducción en todas sus facetas.

Producción: Festival Castell de Peralada – La Cuadra de Sevilla.

Estreno: XIV Festival Internacional Castell de Peralada

Grabación: Mercat de les flors. Barcelona 2000

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

Vamos al mundo de las emociones, el amor y la soledad, cogidos de la mano de D. Juan. Esta vez no es el señorito ateo y engañoso de Tirso, ni el de Moliere, ni el musical  D. Giovanni de Mozart, ni tampoco el D. Juan Tenorio creyente y redimido por amor de Zorrilla, ni el payaso de circo de Guerra Cunqueiro ni Menos, el Ángel Caído de Dumas… este D. Juan en los ruedos, además de querer conquistar las arenas como escenario dramático, la Luna como decorado natural, a la manera de las antiguas tragedias griegas, con un sentido dionisiaco, aspira a la conquista  temática y estética, de todos los corazones amantes de la belleza y la libertad en el amor y en el arte.

Salvador Távora

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2002 – “VILLALON, GANADERO Y POETA” FANTASÍA DE CABALLOS, TOROS Y CANTES. Un acercamiento onírico sobre este ganadero-poeta, precursor de Lorca y Alberti.

Producción: FIBES.

Estreno: V Feria del Toro – Palacio de Exposiciones y Congresos, Sevilla-Málaga.

Grabación: Próximamente.

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

Fernando Villalón-Daoiz y Alcón, Conde de Miraflores de los Ángeles. ganadero y poeta: ser ganador de toros imposibles a lidiar era su meta; así el toro cumplía su función de sangre roja de ardientes deseos de vivir y de morir; que ninguna de las dos realidades se puede entender por separado. Y poeta porque, como el toro, para serlo, hay que estar entre la vida y la muerte: imaginando la muerte en vida e imaginando la vida en la muerte.

Yo no puedo leer a Villalón con la distancia con la cual deben leerse los pensamientos ajenos; es un fenómeno que ni yo entiendo. Él no intentó dejar de ser nunca Fernando Villalón-Daioz y Alcón, Conde de Miraflores de los Ángeles, para escribir poéticas sensaciones desde su universo de clase; ni yo he tenido que alejarme de mi sensibilidad popular, ni querer ser Conde de nada, para leerlo y entenderlo. Y, como a Lorca y a Albertí, sus compañeros de clase y generación y seguidores literarios, lo he sentido.

Fernando Villalón-Daioz y Alcón, Conde de Miraflores de los Ángeles, es Conde y gañan, urbano y campero, delicado y brusco, hombre de caballos y automóviles y amante decidido y fiel sin prejuicios, desafiando todos los convencionalismos sociales…

En Fernando Villalón está el fuego, la carrera del caballo, las garrochas encendidas, el bello riesgo del caballista, la voz ronca de la cantaora, el lirismo del espejo turbio del incienso como niebla por los campos andaluces, el señorío, la arrogancia, la humildad popular, el rebelde con una sociedad que le hace nacer privilegiado y rico, y morir incomprendido ypobre …

Villalón, más que Conde de Miraflores o jornalero sin tierra; más que hombre de letras o pintor sin pinceles; es ganadero de toros con imposibles ojos verdes y poeta de una Andalucía Tartessa que nos sublima y, tanto a él como a mí, aún con la distancia que social y artísticamente nos separa, nos duele.

Salvador Távora

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2004 – “MAYORALES” UN SUEÑO DE LUCES Y SOMBRAS EN CAMPOS GANADEROS. Espectáculo que aspira a presentar estampas insólitas del toro en el transcurrir su vida en el campo y brindar un homenaje a esos anónimos héroes que son los Mayorales.

Producción: FIBES.

Grabación: FIBES. VII Feria Mundial del Toro – Palacio de Exposiciones y Congresos, Sevilla. Sevilla 2004

Estreno: VII Feria Mundial del Toro – Palacio de Exposiciones y Congresos, Sevilla.

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

Yo creo que a “Mayorales” hemos llegado tras un proceso de investigación dramática sobre el caballo y el toro, y entre ricas experiencias escénicas en este sentido. De aquel espectáculo de inauguración, en la I Feria Mundial del Toro, en 1998, nos queda el recuerdo de las acertadas improvisaciones, y del descubrimiento de unas imágenes que a todos nos emocionaron. En el aire del Palacio de Congresos y Exposiciones, quedaron aquel atrevido impulso ganadero de Álvaro Domecq de arriesgar la vida con seis toros en el peque½o ruedo, cada uno de un pelo y de una ganadería, desafiando al respetable con sus miradas, e inquietos y a punto de la arrancada a los garrochistas que los escoltaban; y la no tan locura mía de ponerle a esta singular escena taurina la sublime tragedia musical del Réquiem de Mozart.

Otra escena para el recuerdo fue aquella en que a Álvaro y a sus ocho caballistas les propuse, y lo aceptaron con entusiasmo, tras una trepidante coreografía ecuestre, y a los compases de “Carmen”, bajarse de sus caballos y elevar con sus brazos, como final del espectáculo, un becerro como un signo elocuente de la cultura ganadera.

De aquel binomio artístico del que surgió un espectáculo al que titulamos “Al Toro bravo” nacieron las claves de una estética que ha caracterizado a los espectáculos que han abierto con solemnidad las posteriores Ferias Mundiales del Toro en Fibes. Tanto Álvaro como yo hemos desarrollado nuestra imaginación en diversos trabajos presentados alternativamente y por separados desde aquel 1998 hasta el pasado 2003. Y yo entiendo que se ha conquistado, con estas experiencias, en las que ha participado con entusiasta y ejemplar solidaridad, un centauro llamado D. Ángel Peralta, un espacio singular alejado del cliché virtuoso y complaciente.

En “Mayorales” están depositadas muchas aspiraciones. Esta vez intento, entroncando las emociones con la literatura, y a alcanzar estampas insólitas del toro en el transcurrir de su vida en el campo, brindar un homenaje a esos anónimos héroes que forjan con su quehacer cotidiano la bravura del toro. Si el atrevimiento escénico, el arte o los aciertos sirven para algo, sea en esta ocasión para sublimar, en este sueño de luces y sombras por campos ganaderos, a los Mayorales de todas las ganaderías del mundo, como un reconocimiento a su dignidad de hombres camperos. Sevilla y Santarem, en sus Ferias dedicadas al Toro, son las ciudades testigos, en este 2004, del arriesgado intento de dar un paso más en la búsqueda de una estética que, en este caso, por estar enraizada en dos culturas, esperemos que gane en belleza y colorido y sobre todo en apertura…

Salvador Távora

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2006 – “EL SILLÓN VACÍO” UN RECUERDO ECUESTRE TAURINO AL IMPULSOR DE LA FERIA MUNDIAL DEL TORO.

Producción: FIBES.

Estreno: IX Feria Mundial del Toro – Palacio de Exposiciones y Congresos – Sevilla

Grabación: FIBES. IX Feria Mundial del Toro – Palacio de Exposiciones y Congresos, Sevilla. Sevilla 2006

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

Era la segunda feria mundial del toro en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla. Y después de aquella colaboración con Álvaro Domecq de la que nació un espectáculo inolvidable para la inauguración de la primera Feria al que titulamos “Al Toro Bravo” propuse a FIBES y a la Unión de Criadores de Toros un trabajo para la apertura de la II Feria Mundial, en el que intentaríamos volver a la libertad de la fiesta taurina que se vivía en 1830. Esto es: suerte de varas sin petos; matadores con largas patillas; hermosas mujeres sonrientes en la barrera; saltos a la garrocha de los lidiadores; y todo envuelto en músicas y recuerdos de aquella Sevilla que soñaron Gustave Doré, Prosper Mérimée, Théophile Gautier. Una Sevilla de albero dorado y luces amarillentas de gas.

La idea necesitaba para su elaboración y desarrollo de unas prácticas camperas. Era difícil su montaje sin tener al alcance del experimento artístico taurino, caballos y toros y un campo abierto con pequeña plaza de tientas donde comprobar sus posibilidades de realización. Desde el primer momento el Conde de la Maza, como un mecenas del siglo XVIII, apostando por el riesgo en el arte lo tuve de mi lado y a los pocos días, con la decisión de Felipe Luis Maestro que fue respaldada por La Unión de Criadores de toros, me instalé con mis ideas en el Cortijo ganadero del Conde de la Maza. De allí apareció un trabajo al que titulamos “Los Toros en 1830″, que tuvo la gran distinción de ser citado en el Pregón Taurino de La Feria de Abril de aquel año 1999 que pronunció Pedro Romero de Solís en el Teatro Lope de Vega. Desde aquel momento la solidaridad del Conde con mis trabajos fue manifiesta y tan sólida que enterró todo tipo de obstáculo para la comunicación y la amistad sincera que hubiera podido aparecer entre nosotros por su alcurnia, mis orígenes sociales y mi ideología. El arte y la generosidad tienen esa virtud.

Hoy en “El sillón vacío” quiero mostrarle mi reconocimiento a Don Leopoldo de la Maza, recordando al ganadero y a su entrega por esta Feria anual y taurina de la que él fue un gran impulsor. Y he querido hacerlo, creo, como a él le hubiera gustado: atrevido y arriesgado, pero por encima de todo con la sensibilidad del recuerdo…

Salvador Távora

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2008 – “DIEZ AÑOS DE EMOCIONES TAURINAS” Un recorrido en los diez años que cumple la Feria del Toro a través de los espectáculos creados con esta ocasión.

Producción: FIBES

Estreno: X FERIA MUNDIAL DEL TORO, Palacio de Exposiciones y Congresos, Sevilla.

Grabación: FIBES. X Feria Mundial del Toro – Palacio de Exposiciones y Congresos, Sevilla. Sevilla 2008

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

El recuerdo siempre sublima el pasado. O crea un estado nostálgico que nos lleva a la estimación, quizás sobrepasada, de lo visto, escuchado, o intensamente vivido. Recordar es como justificar el presente y quizás, también, como morir un poco. En este espectáculo del 2008 hemos querido no recordar, sino revivir emociones de esa comunión fundamental del arte con las emociones. Y al decir emoción estamos hablando de la verdad creíble, aquella que nace del juego con la vida y la muerte que es, en definitiva, la Fiesta del Toro bravo. En FIBES, en La Feria del Toro, hay mucho de todo esto.

Y eso es una garantía de la dimensión universal de esta Feria. Las carreras artísticas de caballos y jinetes; las cercanas miradas del toro bravo; la sensibilidad de las músicas ante momentos apoteósicos; o frente al peligro de los garrochistas correteando a una corrida de seis toros de diversos pelos; o un salto, o un quiebro de los recortadores. Esas cabriolas que nos hablan de los orígenes de la fiesta. Y la palabra, hecha poesía pausada y punzante, que nos aclara todo cuanto las emociones no nos dejan asumir de inmediato. Diez años de emociones taurinas es un intento de traernos al presente un pasado donde el trabajo de muchos creó logros emotivos que es necesario y complaciente volver a vivirlos…

Salvador Távora

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2009 – “LA MUJER Y EL TORO” La importancia de la mujer en el ritual taurino, tanto en la mitología como en la tauromaquia.

Producción FIBES

Estreno: IX Feria Mundial del Toro – Palacio de Exposiciones y Congresos Sevilla

Grabación: FIBES. XI Feria Mundial del Toro – Palacio de Exposiciones y Congresos, Sevilla. Sevilla 2009

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

Yo creo que la mujer, hoy, merece el conocimiento de todos por su debate en conquistar cuanto la historia no le había concedido. Casi siempre tras machista consideración de razones biológicas, ha ocupado, en un largo periodo desde el nacimiento de la vida, el puesto de ser una sombra del hombre que aplastaba sus capacidades y sus valores. En el desarrollo del ritual taurino es evidente. Aisladas son las apariciones de mujeres que han ocupado lugares en el toreo a pie y en el toreo a caballo.

Sin embargo, remontándonos a los casi seguros orígenes de la fiesta encontramos raíces que pertenecen fundamentalmente a la mujer. Recordemos el mito cretense del laberinto y del apareamiento de la mujer con el toro. Por eso aparece un espectáculo que quiere dar noticias del pasado y del presente, mostrando la capacidad de la mujer para participar, en el colorista abanico de la cultura mediterránea del caballo y del toro, en igualdad de posibilidades que el hombre. Sin duda, y esto no está dicho desde una concepción machista de la belleza, con más garbo y más arte.

Salvador Távora

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1996 – “CARMEN, ÒPERA FLAMENCA DE CORNETAS Y TAMBORES” (1996-actualidad) Una ópera andaluza de cornetas y tambores, según la leyenda contada por viejas cigarreras de Triana. Un intento de reivindicar la dignidad de un mito andaluz.

Producción: La Cuadra de Sevilla.

PLAZA DE TOROS DE RONDA 1997

Grabación: Ronda. Plaza de Toros de la Real Maestranza. Ronda 1997

Textos previos de Salvador Távora sobre la obra:

LA LEYENDA PRIMITIVA

Carmen fue una gitana cigarrera y trianera, cuya vida y muerte, entre el primer cuarto del siglo pasado, generó una leyenda popular. Cuando Mérimée escribe Carmen, en 1845, a los quince años de escuchar de la boca de la Condesa de Montijo la popular leyenda, lo más probable es, tratándose de la imaginación de un novelista, que personajes, paisaje, formas y costumbres de un entorno cultural lejano al suyo, en el que vivió de paso en 1830, se le mezclen en  los recuerdos y pasen a protagonizar una historia cuyos puntos de partidas fueron austeros e insólitos, y de ninguna manera típicos ni tópicos; y de ahí que por ser hechos inhabituales en la vida de esa sociedad donde se produjeron, conmocionaran al medio y se convirtieran en leyenda:

Entabló Carmen amores con un militar vasco llamado D. José Lizarrabengoa, quien, tras participar en una redada de gitanos en Triana y atraído por su singular belleza de mujer, la toma del suelo, caída y atropellada, y evita su detención. En la sociedad sevillana de aquel tiempo (y quizás también de éste) el emparejamiento público de un hombre castrense con una gitana sin pasar por ningún registro civil ni bendición eclesiástica alguna, fue un acto escandaloso y provocativo que zamarreó a la pequeña y alta burguesía sevillana encorsetada en costumbres sociales inviolables.

En el curso de ese descarado concubinato, Carmen, desde su condición de mujer libre sin dependencia económica de un hombre por su trabajo de cigarrera, se destacó, acrecentando el escándalo de sus amores, capitaneando cuantas revueltas reinvidicativas de los derechos de la mujer en el trabajo se levantaban en el clima industrial donde se desenvolvía. Asumió posturas políticas progresistas que la llevaron a liderar importantes conquistas en el campo de las incipientes libertades de la mujer andaluza. Eran tiempos donde al general Rafael de Riego, sublevado en el pueblo sevillano de las Cabezas de San Juan en 1820, en el marco de una conspiración en favor de la constitución de Cádiz de 1812, derogada en 1814 por Fernando VII, se le recibía con toques de campanas entre el fervor popular.

Estos dos hechos, ya provocativos y capaces de engendrar una leyenda por sí solos, se agigantan por un suceso que conmueve a la sociedad andaluza en general: las graves heridas que el militar de Elizondo le produce en una reyerta a un oficial de su Regimiento, por celos en sus amores con la cigarrera.

Encarcelado D. José Lizarrabengoa, Carmen le guarda fidelidad que subraya con constantes visitas a la prisión donde el militar cumple su condena. Y al obtener D. José su libertad reanudan, con toda su intensidad, sus públicas relaciones amorosas y cotidianas. Y es entonces cuando se produce el hecho más sangrante y doloroso de la historia, la muerte de Carmen apuñalada con una bayoneta militar por su amante:

Carmen, enamorada de Lucas, un picador famoso en la historia de las corridas de toros del siglo pasado, desde su libertad de mujer sin compromiso, decide compartir su vida con el admirado picador. Su amante, D. José Lizarrabengoa, intransigente y herido en su honor, da muerte a la gitana al término de una corrida de toros en la que Carmen, asistiendo a la fiesta acompañada de sus compañeras de trabajo, había sido galanteada por el jinete.

Tras su muerte, en la Puerta del Príncipe de la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, Carmen se convierte en una mítica referencia del debate de la mujer por su libertad, y se consolida definitivamente como leyenda desde el momento en que se escuchan por Triana y Sevilla los tiros de la ejecución de su machista amante, el oficial vasco de un Regimiento de Caballería, D. José Lizarrabengoa.

Una historia, una leyenda de transmisión oral llena de rigurosos y atrevidos comportamientos, de dignidades y libertades, enraizada en nuestra cultura popular y ajena a la visión literaria y romántica del siglo.

Salvador Távora

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CICLO LA CUADRA EN LA MEMORIA

“LA CUADRA. 45 AÑOS DE CREACIÓN ESCÉNICA” DE PILAR TÁVORA

“SALVADOR TÁVORA. LA EXCEPCIÓN” DE PILAR TÁVORA

“TÁVORA EN LA INSPIRACIÓN” un homenaje a Salvador Távora, en el cual intervienen 11 artistas que participaron en sus creaciones. Los cantes, los toques, los bailes, las danzas, los textos que interpretan están libremente inspirados por el arte de Salvador, sin que sean recreaciones de sus obras. Aquí, la fuente de inspiración es el propio Salvador Távora.

 

TODAS SUS OBRAS…

 

1972 – “QUEJÍO” (1972-1975)

Protesta visceral de un pueblo marginado. Producción: La Cuadra. Estreno: Festival du Théâtre des Nations, Paris.

1975 – “LOS PALOS” (1975-1976)

Manifestación de una naciente conciencia histórica. Producción: La Cuadra. Estreno: Festival Mondial du Théâtre, Nancy.

1977 – “HERRAMIENTAS” (1977-1978)

Un intento de elevar a valores culturales de comunicación los instrumentos del trabajo manual y cotidiano. Producción: La Cuadra. Estreno: Festival Mondial du Théâtre, Nancy.

1979 – “ANDALUCÍA AMARGA” (1979-1982)

Un poema físico y sonoro sobre la emigración. Producción: Kaaitheater. Estreno: Kaaitheater Festival, Chapelle des Brigittines, Bruselas.

1982 – “NANAS DE ESPINAS” (1982-1985)

A partir de «BODAS DE SANGRE», un encuentro con García Lorca, en un ritual de sentimientos trágicos. Producción: La Cuadra. Estreno: Bienal de Arte , Sevilla.

1985 – “PIEL DE TORO” (1985-1987)

Espectáculo asentado en la sensibilidad generada por ciertos ritos ibéricos. Producción: La Cuadra. Estreno: Bienal de Arte, Sevilla

1987 – “LAS BACANTES” (1987-2008)

Una versión inspirada en el texto de Eurípides, que muestra la afinidad entre la tragedia antigua y el mundo contemporáneo. Producción: Teatro Español. Estreno: Teatro Español, Madrid.

1988 – “ALHUCEMA” (1988-1989)

Cuadro poético y épico de Andalucía a través de las culturas que dejaron allí sus huellas. Producción: Festival de Mérida – I.N.A.E.M. – Junta de Andalucía. Estreno: Festival de Mérida.

1990 – “CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA (1990-1991)

Una adaptación de la novela de Gabriel García Márquez, en un intento de mostrar las afinidades que unen a los hombres de la Europa del Sur con los hombres del Sur de mérica. Producción: CAT-Junta de Andalucía – Festival de Bayonne. Estreno: Festival latino de New York.

1992 – “PICASSO ANDALUZ O LA MUERTE DEL MINOTAURO

(1992-1994) Un intento de situar a Picasso en el entorno cultural de su nacimiento. Producción: EXPO’92 – Les Estivales de Perpignan. Estreno: Les Estivales, Perpignan.

1994 – “IDENTIDADES” (1994-1996)

Un poema plástico y musical sobre las culturas, las identidades y la solidaridad entre los pueblos. Producción: Junta de Andalucía-Consejería de Cultura, Generalitat de Catalunya-Consellería de Cultura, Mercat de les Flors- Ajuntament de Barcelona, Les Estivales de Perpignan-Région Languedoc-Roussillon. Estreno: Festival Iberoamericano de Cádiz.

1996 – “CARMEN” (1996-en cartel)

Una ópera andaluza de cornetas y tambores, según la leyenda contada por viejas cigarreras de Triana. Un intento de reivindicar la dignidad de un mito andaluz. Producción: La Cuadra de Sevilla. Estreno absoluto: X Festival Internacional Castell de Peralada. Estreno en Andalucía: Bienal de Arte de Sevilla, Teatro de la Maestranza.

1998 – “LOS TOROS EN 1830″ ESPECTÁCULO CON TOROS SOBRE LA

HISTORIA DEL ARTE DEL TOREO. Recrea la historia del toreo en sus diferentes suertes hasta culminar en la época de 1830. Producción: FIBES. Estreno: II Feria Mundial del Toro – Palacio de Exposiciones y Congresos, Sevilla.

2000 – “DON JUAN EN LOS RUEDOS” (2000–2006)

OPERA POPULAR DE CABALLOS, TOROS Y CANTES.

Una consideración peculiar de este mito muy sevillano a través del arte de la tauromaquia y del rejoneo, intentando revelar la seducción en todas sus facetas. Producción: Festival Castell de Peralada – La Cuadra de Sevilla. Estreno: XIV Festival Internacional Castell de Peralada

2002 – “VILLALON, GANADERO Y POETA” FANTASÍA DE CABALLOS, TOROS Y CANTES.

Un acercamiento onírico sobre este ganadero-poeta, precursor de Lorca y Alberti. Producción: FIBES. Estreno: V Feria del Toro – Palacio de Exposiciones y Congresos, Sevilla

2003 – “IMÁGENES ANDALUZAS PARA CARMINA BURANA

(2003-2006) ESPECTÁCULO TEATRAL SOBRE LAS MÚSICAS Y COROS DE CARL ORFF. Un atrevimiento de la imaginación: la musicalidad de la cantata llevada por un camino de vibraciones sonoras a unas imágenes sin los condicionantes de las letras medievales originales. Producción: Festival Castell de Peralada, La Cuadra de Sevilla. Estreno: XVII Festival Internacional Castell de Peralada.

2004 – “MAYORALES” UN SUEÑO DE LUCES Y SOMBRAS EN CAMPOS GANADEROS.

Espectáculo que aspira a presentar estampas insólitas del toro en el transcurrir su vida en el campo y brindar un homenaje a esos anónimos héroes que son los Mayorales. Producción: FIBES. Estreno: VII Feria Mundial del Toro – Palacio de Exposiciones y Congresos, Sevilla. 2005 – “YERMA, MATER” (2005-2006) ENTRE EL DOLOR DEL FLAMENCO Y DEL RÉQUIEM DE BERLIOZ. Sobre el texto de ‘YERMA” de Federico Garcia Lorca. Producción: Festival Castell de Peralada, La Cuadra de Sevilla. Estreno: XIX Festival Castell de Peralada.

2006 – “EL SILLÓN VACÍO”

UN RECUERDO ECUESTRE TAURINO AL IMPULSOR DE LA FERIA MUNDIAL DEL TORO. Producción: FIBES. Estreno: IX Feria Mundial del Toro – Palacio de Exposiciones y Congresos – Sevilla

2007 – “FLAMENCO PARA TRAVIATA”

SOBRE UNOS FRAGMENTOS MUSICALES DE LA OPERA LA TRAVIATA DE GIUSEPPE VERDI. Producción: La Cuadra de Sevilla – Estreno: Bienal de Flamenco de Málaga, Teatro Cánovas, Málaga.

2008 – “DIEZ AÑOS DE EMOCIONES TAURINAS”

Un recorrido en los diez años que cumple la Feria del Toro a través de los espectáculos creados con esta ocasión. Producción: FIBES – Estreno: X FERIA MUNDIAL DEL TORO, Palacio de Exposiciones y Congresos, Sevilla.

2009 – “LA MUJER Y EL TORO”

La importancia de la mujer en el ritual taurino, tanto en la mitología como en la tauromaquía. Producción FIBES – Estreno: IX Feria Mundial del Toro – Palacio de Exposiciones y Congresos Sevilla

2009 – “ANDALUCÍA ENTRE LA LEYENDA Y LA HISTORIA

(2009-2010) Un intento de unificar el teatro y el cine en una inquietante dramaturgia en la cual existe una desesperada búsqueda para encontrar, con una dimensión más visual que en otros espectáculos, la poética inequívoca del matiz social que ha de ser inherente a toda practica artística. Producción La Cuadra – Estreno: Teatro Salvador Távora – Sevilla

2010 – “RAFAEL ALBERTI, un compromiso con el pueblo”

Un viaje onírico y musical por la obra poética de Rafael Alberti y su compromiso social. Producción: La Cuadra – Estreno: Teatro Salvador Távora – Sevilla

2012 – “MEMORIAS DE UN CABALLO ANDALUZ”

El caballo forma parte de la historia de los pueblos y nos acercamos a la relación estética del caballo andaluz con su más popular entorno: su relación con la fiesta de los toros, canalizada por vías del flamenco, la música popular del pasodoble, y sensaciones estéticas. Coproducción: Junta de Andalucía – AAIICC (Agencia Andaluza de Instituciones Culturales) Estreno Septiembre 2012:Teatro Romea – Barcelona