Entradas a Nanas de espinas (1982) – Reestreno 2023

 «Nanas de Espinas» de Salvador Távora

Reestreno adaptado y dirigido por Concha Távora

Esta obra de 1982, que se presentó en la II Bienal de arte flamenco,  está inspirada en “Bodas de Sangre” de Federico García Lorca, y es la primera obra en la que Salvador Távora y La Cuadra de Sevilla abordaron un texto literario concreto, dando paso a una etapa más cromática de sus obras.

En este caso, la reposición de la obra ha sido adaptada y dirigida por Concha Távora.

Así, traemos a la actualidad un espectáculo que forma parte de la larga trayectoria artística y creadora de Salvador Távora. Dándonos la posibilidad de vivir en directo un lenguaje teatral único, genuino y absolutamente contemporáneo que parte de nuestras raíces culturales y sociales y se proyecta al mundo.

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Textos escritos de la mano de Salvador Távora sobre su obra…

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NANAS DE ESPINAS de Salvador Távora

Espectáculo inspirado en «Bodas de Sangre» de Federico García Lorca 

TEXTOS PREVIOS AL ESTRENO 

INTRODUCCIÓN A “NANAS DE ESPINAS” 

«No sé si, en el proceso de creación de este quinto trabajo de nuestra aventura teatral, fue “BODAS DE SANGRE” la que se enredó en la visión del espectáculo, o fue este el que se enmarañó en la obra de Federico García Lorca. Lo cierto es que el trabajo, entre otros propósitos, sin que esto aspire a descalificar cuantas consideraciones sobre sus resultados puedan hacerse, logra demostrar, en el campo específico del lenguaje teatral, la natural coexistencia de lo que podríamos llamar una poética dramática escrita, y una poética dramática física; al menos, cuando las dos nacen como expresiones comprometidas del entorno vivencial o cultural de un mismo pueblo.

Conviene con urgencia aclarar que los escasos textos extraídos de la obra de Federico no están en absoluto, por el enorme respeto que me imponen, sometidos al espectáculo, ni se emplean por ninguna necesidad argumental, sino que, requeridos por afinidades a participar, andan por todo el acto con la naturalidad que les da el encuentro con ese espíritu primitivo que posiblemente tenían en la mente de Lorca, antes de convertirse en lúcida literatura de una estructura dramática dialogada, y forman parte, en la unidad, del discurso lírico y plástico al que aspiramos.

No son estas NANAS en las que hemos incrustado punzantes espinas, un espectáculo que nace de un argumento, sino asentado en argumentaciones del subconsciente que se concretan después de una ordenación elaborada con el alfabeto de una dolorosa poética de los sentidos. Cada sonido, cada silencio, cada acción tiene su propia historia en el mundo interno de las sensaciones. Es por esto, pienso, que la anécdota de la obra de Lorca es aquí, y como consecuencia, una sangrante historia más de las miles que generan unos condicionantes sociales que acartonan y oscurecen la vida. En definitiva, el argumento de “NANAS DE ESPINAS” -sin que tenga necesidad alguna de existir, como en otros modelos teatrales- muy bien pudiera dibujarse entre las imágenes que han arrojado al espacio escénico la sensibilidad y la memoria, y es, quizás, el más ambicioso y el más enganchado a la vida al que pueda aspirar un hecho teatral: la historia íntima de unas generaciones, de un pueblo, mostrando, a través de sus comportamientos cotidianos, llenos de una rica y antigua cultura, sus aspiraciones, sus angustias, sus confusiones, y el incierto futuro de sus hijos.

También interesa indicar que, en los ritos ordenados, por sus manifiestas elocuencias, no hay ningún propósito de exhibición de la folklórica superficialidad en que, por nuestras tierras, muchos de ellos han caído, tras las exaltaciones de sus virtudes turísticas. Hay en ellos la búsqueda desesperada de encontrarnos con unas más amplias, sin dejar de ser genuinas, formas de expresión. Sin ponerles al situar el intento en el campo del arte, barreras a la imaginación.

Se puede decir que “NANAS DE ESPINAS”, es un espectáculo parido entre crueles escalofríos. Ni a partir de, ni sobre la obra de Federico, sino como un ritual de sentimientos trágicos -racionales o irracionales- que se engranan como ruedas dentadas de una misma máquina: una tierra vieja, cansada y dura, que se alimenta, entre risas, de llantos y de muertes porque, quizás, sólo así podrá redimirse del apretado corsé que les han colocado sus históricas circunstancias.»

Salvador TÁVORA