Las Bacantes (1987)

Textos escritos de la mano de Salvador Távora sobre su obra…

1987

LAS BACANTES, de Salvador Távora Inspirado en el texto de Eurípides

TEXTOS PREVIOS AL ESTRENO

REFLEXIONES SOBRE EL MONTAJE

«Cuando Miguel Narros me propuso el montaje, para el Teatro Español, de “LAS BACANTES” de Eurípides, olvidando, deliberadamente, con tal propuesta mi alergia a los textos teatrales densos y filosóficos, sentí una profunda sorpresa. En primer lugar, porque invitarme a volver la vista hacia un texto dramático de hace más de dos mil años, cuando ando desesperadamente intentando fijar un lenguaje escénico alejado de la historia literaria del teatro, carecía, al parecer, de sentido. Y en segundo lugar, porque el marco histórico de “LAS BACANTES”, Grecia, Tebas, etc., están en la distancia y en el tiempo muy lejos de mi Andalucía y mi Sevilla, lugares, motivos y sentimientos que han llenado, hasta la fecha, de significativos compromisos estéticos mis trabajos teatrales.  Tras estas dos simples consideraciones quedaba claro que, en la propuesta de Miguel, andaba mezclada una más compleja intención, que entendí enseguida después de volver a leer minuciosa y concienzudamente el texto de “LAS BACANTES” : era evidente que Miguel Narros, como un atrevido hombre de teatro que es, deseaba espolear mi imaginación y poner en cuestión mis conquistas a-literarias, situándolas con generosa crueldad, frente a uno de los textos que más firmemente sostienen, y con más vieja dignidad, la historia de la literatura dramática.  Acepté el montaje, asumiendo sus riesgos y creo que voy a responder al desafío; al menos, voy a poner en juego, quizás con más deseos que capacidades, todas mis aspiraciones; ya que las razones por las que estimo se puede andar por la escena agarrado, emocionalmente, al texto de “LAS BACANTES”, casi sin pronunciarlo, están, para un hombre del Sur, al alcance de la mano. 

Por encima de la calidad del texto, Eurípides, cuatrocientos y pico de años antes de Cristo, nos plantea en esta obra un debate que hoy sigue cargado de actualidad, lleno de interrogantes, y sólo muy tímidamente proclamado el punto positivo de su equilibrio: el debate cultural Norte-Sur. Penteo frente al dios Baco. Lo pagano y lo religioso. Los impulsos ante la reflexión. El mundo del Sur, oriental, de lo Dionisiaco, con el mundo rígido y estricto del Norte. Lo báquico y lo apolíneo, dos posturas que, en cierta medida conviven en cada uno de nosotros, que, llevadas a sus extremos, son capaces de desencadenar la tragedia provocada por los excesos del dios o los excesos del rey, ambos, sin duda, desmedidos.  Todo esto, de alguna forma atañe directamente a mi actitud ante la vida, y mi concepción teatral, que está enfrentada, justamente, con el teatro exclusivamente literario, por lo que éste tiene de encadenamientos y limitaciones de las posibilidades expresivas. Mis propósitos teatrales parten siempre de una especie de poética de los sentimientos donde los ruidos, la luz, el color y el olor, tienen un sitio precisamente más fundamental, a escala de

comunicación, que la palabra que encorseta la expresión. Y tal como yo contemplo y siento el texto de Eurípides, en él, inciden también el choque de estos dos mundos: el estrictamente literario, lo escrito e inamovible, y el que ofrece la oportunidad de prestar al texto seco la aportación de un universo intuitivo y sensual, añadir a las más viejas formas teatrales, a la tradición de la palabra, añadir, digo, buscando el deseado equilibrio, toda una constelación de sentimientos rítmicos, vivos y directos. Y, a sabiendas de que un espectáculo teatral no va a aportar ninguna solución a un debate cultural de tal magnitud, hemos volcado en el trabajo nuestros esfuerzos, aspirando al menos a mostrar elementos emotivos que la sugieran.»

Salvador Távora